A menudo hemos visto en la grupeta algún compañero que lleva un medidor de watios y vemos en su pantalla un montón de números raros y pensamos… ¿Y todos estos números para qué sirven?
Hace años, cuando sacaron los pulsómetros, creíamos que se había revolucionado el mundo del entrenamiento, que hasta entonces consistía en hacer kilómetros como locos y apretar hasta no poder más. Con la entrada del pulsómetro, los profesionales del ciclismo, empezaron a entrenar con mucha más cabeza, dosificando los esfuerzos y empezando a hacer entrenamientos a umbrales.
Es cierto que el pulsómetro es muy efectivo para entrenar, ya que nos enseña donde está nuestro umbral anaeróbico, nuestro umbral aeróbico y nuestra rapidez de recuperación. Además, gracias a las pulsaciones podemos saber si estamos sobreentrenados, si nuestro corazón está creciendo… Recuerda que tomando el puso recién levantado, puedes llevar un control de si tus pulsaciones están muy altas o muy bajas.
Por otro lado tenemos los famosos Watios, esos desconocidos que nos suenan a factura de la luz, pero que han revolucionado por completo el mundo del entrenamiento y que todos los ciclistas profesionales usan para entrenar.
Primero la definición. Los watios es la medida de la potencia que generas en cada pedalada. No es aplicable a cualquier ciclista ya que los watios son la relación de potencia/peso y un ciclista de 1,90cm y 80kg no moverá los mismos watios que uno que mida 1,60cm y pese 55kg. Esto no significa que sea peor, ya que al ser una medida potencia peso, un ciclista con menos peso y altura, a pesar de mover bastantes menos watios que uno de mayor envergadura, puede ir mucho más deprisa en depende que terrenos.
Por eso es un método de entrenamiento tan efectivo, porque puedes llegar a tener un estado de forma óptimo y un peso óptimo, si sabes cómo utilizarlo.
Además, es muy efectivo a la hora de hacer series entrenando, ya que con el pulsómetro, si subes demasiado rápido un repecho, el pulso se te dispara y tendrás que aflojar el ritmo para mantener las pulsaciones deseadas en dicha serie o por el contrario deberás apretar más en algún tramo favorable para mantener el pulso. Mientras que con los watios, siempre mantienes el mismo ritmo, ya que mide tu potencia y ésta es mucho más fácil de mantener que el pulso.
Otra de las ventajas de un entrenamiento a watios, es que te da muchas más posibilidades a la hora de realizar distintos tipos de entrenamiento, ya que al medir la potencia, puedes ver tu progresión y potencia en los sprines, mantener un mejor ritmo en una contrareloj, etc…
Sin embrago, si queremos un entrenamiento 100% efectivo, la clave está en combinar ambos modelos de entrenamiento, ya que, cuando hacemos series a watios, si llevamos el pulsómetro, podemos medir la recuperación de nuestro corazón al terminar la serie o bien ver si con esos watios el pulso se nos dispara y deberíamos entrenar a menor intensidad.
Lo que sí es cierto que su precio es algo que nos echa mucho para atrás a la hora de adquirir un buen pulsómetro o un medidor de watios, pero si nos paramos a pensar a veces, somos capaces de pagar a precio de oro cada gramo de peso que le quitamos a la bicicleta, por eso, si realmente estamos interesados en tener una mejora en nuestro rendimiento y queremos tomarnos enserio los entrenamientos, debemos plantearnos esto como una inversión, que veremos recompensada cuando mejoremos nuestros tiempos en las marchas que tenemos en mente para este año, subamos posiciones en las carreras que disputemos o nos veamos con facilidad y en el grupito de adelante cuando salgamos con la grupeta.
