Está claro que el casco no es una cuestión meramente estética para el ciclista, no es sólo llevar el casco más bonito, ni el último modelo de los profesionales, es más un artículo de seguridad preventiva, ya que, un golpe mal dado puede provocar lesiones graves que pueden acabar afectando a nuestras funciones cognitivas o de movilidad.
El uso obligatorio del casco en la bicicleta también tiene sus detractores y defensores. El principal motivo de que este sea obligatorio es el evitar, en la medida de lo posible la mayor causa de mortalidad entre nuestro colectivo, el atropello, sin embargo, somos muchos los que estamos convencidos de que la solución pasa en primer lugar por la concienciación (seguridad activa) para evitar que ocurran y no solo en el uso del casco para evitar sus posibles efectos mortales (seguridad pasiva).
Esto ayudaría también a mejorar la movilidad en las ciudades, el crecimiento de los carriles bici y otro tipo de vías.
Tan importante es usarlo como usarlo correctamente. Parece obvio pero cada vez que salimos nos encontramos con casos que te dejan de piedra.
Colocación:
Es fundamental que lo llevemos colocado en la posición correcta ya que de no ser así puede resultar inútil o poco efectivo ante un golpe o caída.
Debemos saber que el casco tiene una parte delantera y otra parte trasera, lo sé, otra vez parece obvio, pero hemos visto algunos ciclistas por la ciudad con el casco al revés y nos vemos en la obligación de explicarlo.
La parte delantera suele tener más aberturas y zonas de ventilación, con unas esponjas alargadas en la zona de la frente para una mejor sujeción y evitar que el sudor entre en los ojos.
La parte trasera suele más voluminosa, ya que protege toda la zona trasera de la cabeza. Además, la mayoría cuenta con un sistema de ajuste debajo de esa parte abultada, que hace que el casco se sujete perfectamente al contorno de nuestra cabeza y quede totalmente acoplado sin ningún tipo de movimiento. Esto es fundamental ya que ante un impacto, si se mueve, es como si no lo lleváramos puesto.
Las correíllas
El llevar unas correíllas mal ajustadas o con holgura hará, no solo que estemos incómodos, si no que se moverá y no nos protegerá en caso de impacto. Las correíllas deben ir bien ajustadas quedando bien acopladas a la parte baja de nuestra barbilla, sin llegar a agobiarnos.
Los materiales
Debemos de elegir un casco que esté homologado, ya que por muchos sitios se venden cascos muy baratos, pero sin ningún tipo de controles de seguridad pasados. Como podéis imaginar, a la hora de recibir un impacto no serán eficientes y no nos protegerán como deben.
Ten en cuenta que la seguridad es lo primero y si en algo merece la pena invertir dinero, es en un buen casco, elementos reflectantes y todo aquello que pueda evitar que tengamos un accidente.
